¿Qué hace único al jamón ibérico de bellota?
La alimentación de los cerdos ibéricos es uno de los factores más determinantes en la calidad del jamón ibérico de bellota. No se trata solo de tradición, sino de un proceso natural, cuidado y controlado que da como resultado un producto único en el mundo por su sabor, textura y propiedades nutricionales.
Durante la montanera —la última fase de cría— los cerdos ibéricos se alimentan en libertad en las dehesas, un ecosistema privilegiado donde encuentran bellotas, hierbas y raíces. Esta alimentación de los cerdos ibéricos no solo es natural y libre de aditivos, sino que influye directamente en la infiltración de grasa en el músculo del animal, lo que otorga esa jugosidad y aroma tan característicos del jamón de bellota.
Además, la bellota aporta ácido oleico, el mismo que contiene el aceite de oliva virgen extra. Esto convierte al jamón ibérico de bellota en una grasa saludable que ayuda a controlar el colesterol y mejora la salud cardiovascular, siempre dentro de una dieta equilibrada.
A diferencia de otros jamones, donde la alimentación se basa en piensos, la alimentación de los cerdos ibéricos de bellota marca una diferencia notable. Solo los animales que han vivido en libertad y se han alimentado de forma exclusiva con lo que la dehesa ofrece pueden recibir la etiqueta “100% ibérico de bellota”.
Así, cada loncha que llega a tu mesa no solo encierra sabor, sino también respeto por el medio ambiente, bienestar animal y un saber hacer transmitido durante generaciones. Un lujo gastronómico que empieza… por lo que come el cerdo.